Avances frente a la COVID-19

Sexto. Avances para hacer frente a la COVID-19 🔬📢

Vitamina D

(Juan Carlos Mora Cañadas. Físico y Divulgador Científico) y (Sandra Pérez. Farmacéutica y divulgadora científica)

(Juan Serrano Gandía. Bioquímico y Biólogo molecular, Divulgador científico experto en Medicina Integrativa)

La vitamina D es un nutriente presente en ciertos alimentos, sintetizándose sobre todo a partir de la radiación solar en la piel. Es por todos conocido su importancia para mantener los huesos fuertes. Su papel es el de absorber el calcio procedente de los alimentos y suplementos.

Además, la vitamina D es muy importante para otras funciones orgánicas. Sabemos que esta vitamina dispone de receptores específicos en algunas células necesarios para ejercer sus funciones, entre ellas, linfocitos y macrófagos, células encargadas de la inmunidad celular de nuestro organismo.  Está constatado que niveles demasiado bajos de vitamina D influyen negativamente sobre nuestro sistema inmunitario.

Incorporar vitamina D al organismo es una medida posible de realizar si se hace a partir de la exposición al sol y la alimentación. Para ello, podemos incrementar el consumo de alimentos ricos en vitamina D , como son los pescados azules, entre los que se encuentran el salmón o el atún, así como el el aceite de hígado de bacalao. Otras fuentes, como el queso o la yema de huevo, contienen cantidades menores de esta vitamina, pero hemos de recordar incorporar estos alimentos en un contexto de alimentación saludable, propuesto en esta misma web.

También se puede realizar tomando suplementos. Éstos no tienen contraindicaciones, a no ser que se tomen a dosis muy superiores a las recomendadas. Recordar que produce beneficios demostrados en la salud de la población.

Existen publicaciones científicas que destacan que los pacientes afectados por el coronavirus-2 tienen bajos niveles de vitamina D.

Aunque todavía no han finalizado los ensayos clínicos iniciados en 2020, y por lo tanto por el momento no hay suficientes y sólidas evidencias científicas, recomendar que la población en general se suplemente de octubre a abril con entre 600 a 4000 Unidades Internacionales (UI) de vitamina D3, podría disminuir los efectos perjudiciales que produce la COVID-19 en un porcentaje de la población. Principalmente en el grupo de edad de personas mayores de 65 años, y en particular en aquellos ancianos que viven en residencias y otros grupos que se exponen muy poco al sol por distintos motivos.

La vitamina D no evitaría un posible contagio del coronavirus-2, ni cura a la persona enferma de la COVID-19. Se plantea sin embargo que unos niveles correctos de vitamina D podría disminuir la gravedad que esta enfermedad presenta en algunos pacientes.

Incluso si finalmente se demostrara que la vitamina D no influye en el estado de los pacientes de COVID-19, esta recomendación produce, como hemos dicho, otros beneficios demostrados para la salud de la población. Por ello parece poco controvertido hacer todos los esfuerzos posibles para alcanzar los niveles recomendados en sangre.

Para una información más extensa (J. C. Mora Cañadas)

https://drive.google.com/file/d/1apOKRUFhc36BPnACGSONgVjLBjZpKcby/view?usp=drivesdk

Las Vacunas

En el punto 14 de la web, realizamos un desarrollo sobre este avance preventivo.

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